sábado, 18 de febrero de 2012

Enamorada de la moda juvenil

Hola, buenas tardes.

Bueno, el titulo de la entrada no tiene nada que ver con el contenido, era sólo que se me ha metido esa cancioncilla en la cabeza. Bueno, la palabra juvenil si tiene algo que ver. Y es que vengo a contaros unas cuantas anécdotas relacionadas con mi aspecto “juvenil”. Y no, no pongo juvenil entre comillas porque en realidad tenga cara de vieja, lo pongo así para que os acordéis del título de la entrada y atéis cabos.

Bueno, basta de preámbulos, al lio.

Pues resulta que de momento tengo 23 años, y digo de momento porque sólo me van a durar un año. Luego vienen los 24 y así hasta 107, que me parece un bonito número para morir. Pues eso, tengo 23 años… muy bien llevados, porque la gente siempre piensa que soy más joven.  Que es algo que siempre será mejor que qué la gente piense que eres más vieja de lo que aparentas. Eso es así.

Por ejemplo, en las discoteques siempre he sido la pringada a la que le pedían el carnet. ¡No me libraba! Y no os creaís que de eso hace mucho… que la ultima vez que me lo pidieron fue el año pasado. Vaya, que tenía yo 22 años… Y me acuerdo que iba con una amiga de 21 años, y me preguntó el portero -¿Vas con ella? Y yo le dije que si, y entonces me dejó pasar sin tenerle que enseñar el DNI.
A mi amiga no le hizo gracia (jojojo)

Tambien, recuerdo que cuando estaba haciendo mis prácticas de enfermería, con mis 21 años, un enfermero se preguntó, refiriéndose a mi, que qué hacia una cría de 15 años de prácticas. Pues verá usted señor, resulta que soy superdotada.
Y bueno, por supuesto, para el resto de enfermeros yo era la cría: "Deja a la cría que pinche ella", "deja a la cría, que se pone nerviosa", "hazle a la cría el biberón de la tarde".
O la típica pregunta de los pacientes: "Tu eres muy jovencica ¿no? (mientras alejan lentamente su brazo de mí).

Otro día, no hace mucho, vino un mensajero a mi casa. Estaba sola, asi que me tocó abrir a mí. El tio me preguntó por mi padres, yo le dije que estaban bien, gracias, y le pregunté si podía firmarle yo. Entonces el tio me dijo: ¿Pero tu ya tienes DNI? Si señor, verá usted, es que resulta que soy superdotada.

Hace unas semanas, una chica de mi academia, al enterarse de que yo era enfermera me dijo:
-    Anda, yo me pensaba que ibas al instituto.
Yo, pensando que se creía que yo era profesora le dije:
-    Ya, es que no se por que os creeis todos que soy profesora…
-    No, no, que me pensabas que aún ibas al instituto.
-    Aam… pues no… Es que resulta que soy superdotada.

Y a este aspecto juvenil, le acompaña una voz de pitufina, por lo que incluso por telefóno la gente también me toma por una niña con frases como: ¿Está tu papá o tu mamá? Que siempre me entrar ganas de responder como una niña pequeña: Hola! No, mi mamá no tá! Tengo caca!
Pero esto me viene muy bien para cuando me llama alguna teleoperadora a darme el follón. Ayer mismo, cojo el teléfono:
-    ¿Si?
-    (Acentillo sudamericano) Hola, buenos días, me llamo Emilia Guachinango (o como fuera) y le llamo de megamillones. ¿Conose usted el juego del Euromillón)
-    No, lo siento, no juego.
-    Oh, ¿es usted menor de edad?
-    Si, lo soy.
-    Oh, y ¿no hay nadie mayor de edad en la casa?
-    No, estoy yo sola (exagerando mi vocecilla).
-    Oh,pues nada cariño, hasta luego.
-    Adiós!

¡La engañé! Qué malvada soy JA JA JA.


Fiiiin.