sábado, 18 de junio de 2011

Copenhague - Vetusta Morla

El corría, nunca le enseñaron a andar
se fue tras luces pálidas.
Ella huía de espejismos y horas de más.
Aeropuertos, unos vienen, otros se van,
igual que Alicia sin ciudad.

El valor para marcharse,
el miedo a llegar.

Llueve en el canal,
la corriente enseña el camino hacia el mar.
Todos duermen ya.
Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber donde puedes terminar...
o empezar.

Un instante mientras los turista se van.
Un tren de madrugada consiguió trazar
la frontera entre siempre o jamás.

Llueve en el canal,
la corriente enseña el camino hacia el mar.
Todos duermen ya.
Dejarse llevar, suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber donde puedes terminar...
o empezar.
O empezar.

Ella duerme tras el vendaval.
Se quitó la ropa.
Sueña con despertar
en otro tiempo y en otra ciudad.

Dejarse llevar, suena demasiado bien.
Jugar al azar, 
nunca saber donde puedes terminar...
o empezar.


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