miércoles, 1 de agosto de 2012

Mi verano cómo delincuente. 1ª parte


Buenas noches, dos puntos:

Pues sí, resulta que de pequeña era una ladrona de guante blanco. Gracias a Dios me rehabilitaron a tiempo, porque sino a estas alturas sería una famosa e imparable atracadora de bancos, con un montón de pasta y una casa en Brasil… ¡Mierda! ¡Mi vida habría sido maravillosa! ¿Por qué tuvieron que alejarme de la senda del crimen?

Bueno, os voy a contar cómo con tan sólo 3 años, cuando ni siquiera era consciente de mi propia existencia, empecé mi corta, pero intensa, carrera delictiva.

Pues estábamos pasando el verano en un camping en Bolnuevo, cómo solíamos hacer, y me fui con mi madre a la tiendecita del camping a comprar la comida. Fui con mi madre no porque a mi me apeteciera, sino porque cómo ya he dicho, tenías 3 años y tenía que ir con mi mamá.
Total, en un momento de despiste de mi madre, que estaba cogiendo la compra, yo divisé unas chanclas monísimas en una estantería. Supongo que en aquel momento pensé: “¿Para qué voy a ir con mis chanclas de mierda, estando aquí mismo estas tan monas?” Así que con todo mi morro me quite mis chanclas cutres y me puse las nuevas.

Mi madre terminó de comprar y nos fuimos. De pronto, a mitad de camino, se fijó en mis relucientes chanclas nuevas y me dijo: 
- ¡Laura! ¿De dónde has sacado las chanclas? 
Y yo, con toda naturalidad: 
- De la tienda. (Es qué mi madre hace cada pregunta más evidente).

Así que volvimos a la tienda y, efectivamente, allí estaban perfectamente colocaditas en la estantería mis chanclas con roña.

Mañana la segunda parte: “El asalto a la cartera de mi abuelo” (Es que ese verano tenía la mano muy larga).

Fiiiiiin.

martes, 17 de abril de 2012

El vencejo


Buenas tardes, dos puntos:

Hoy he tenido mi primera clase de conducir y para ser la primera vez en mi puñetera vida que conduzco un coche ha ido bastante bien la cosa. No me he estrellado, ni he atropellado a nadie, ni se me ha calado! Luego me he enterado de que ese coche es difícil que se te cale por no sé qué rollo, blablablá. ¡Aquí la cuestión es quitarme méritos!

Y total, cuando he terminado me he dado cuenta de que hoy no tenía médico, así que me he dicho: Oye, ¿por qué no voy a recoger mi título dos años después de acabar la carrera? Y me ha parecido un plan tan guay que eso he hecho.

Y ahora viene la parte emotiva. Cuando iba por el centro, he visto a un hombre con un pájaro en la mano y que lo estaba impulsando para que echase a volar, pero el pobre pájaro no ha volado y se ha pegado un trompazo contra el suelo. El hombre se ha ido, dejándolo en el suelo. Y cómo yo soy la tonta de los animales, me ha dado mucha pena dejarlo ahí, asi que me he acercado y lo he cogido. Y resulta que era un vencejo y, para el que no lo sepa, los vencejos son unos pájaros que no pueden andar. O sea, que si el pobre pájaro se cae al suelo, no puede echar a volar, por lo que está jodido. 

Total, que lo he cogido y me lo he puesto en el brazo, y él se ha enganchado. No era una cría, ni se le veía que tuviera un ala rota, pero estaba un poco atontadillo. Y así, con un pájaro en el brazo, he empezado mi búsqueda de un árbol para dejarlo allí. Parecía Blancanieves, sólo me faltaba cantar a dúo con el pajarillo. Notaba que la gente se me quedaba mirando porque estaban envidiosos, evidentemente.

Por fin llegué a una zona con árboles y allí lo deje enganchadito. Intenté moverlo hacia una rama más alta, pero ya no había coj**** de despegarlo de allí, asi que lo dejé tranquilo.  Me fui a la escuela a por mi título, y antes de irme, volví a acercarme para ver si el pájaro seguía en el árbol, por si se hubiera caído. Pero no, seguía enganchadito, asi que le toque la cabecita y me despedí de él.

Y bueno, para depedirme con algo más alegre, deciros que he visto al doble de Stan Lee. Y también he visto a una señora con la chaqueta de cuero más grande y más ochentera de todos los tiempos. Para que os hagáis una idea os diré, que la parte de atrás de la chaqueta le llegaba a la altura de las corvas.
Las corvas… me encanta lo de las corvas. Tengo que escribirles una canción o un poema o una saeta.

¡Ah! También he visto un grafiti que decía “El kit de la cuestión”. Se ve que te viene en un pack que incluye unos signos de interrogación y unas letricas. Muy práctico.

Fiiiin

sábado, 7 de abril de 2012

Trapito


Buenas tardes, dos puntos:

Esta tarde de pronto me he acordado de una película que marcó un poco mi infancia. Realmente no sé cómo llegó a mí, porque es una película que casi nadie conoce. Yo la tenía grabada en un VHS, y la carátula era una fotocopia, lo que era una copia ilegal de principios de los 80 vaya. La película se llama “Trapito”, y es una película de dibujos argentina de 1975.

Recuerdo que antes de la película venía una especie de documental sobre diferentes productos Nestlé para bebes, en plan leches maternas y todo eso, y que yo me lo tragaba siempre, nunca lo pasaba. También me tragaba todos los trailers que traían los VHS de Disney, que eran como 20 minutos. O sino los anuncios de Disneyland Paris, en los que salía una familia norteamericana con acentazo latino.
Y bueno, después de lo de las leches aparecía Petete. No me acuerdo que decía, creo que explicaba que eran los espantapájaros…

Bueno, al lio. La película trata sobre un pobre espantapájaros, llamado Trapito, que está muy triste. Una noche, salva a un gorrioncillo, llamado Salapín, de una tormenta. Y este, al verle tan triste, decide llevarlo ante el patriarca de los pájaros. El patriarca le dice que su tristeza de sebe a que no tiene una ilusión, así que nombra a Salapín ilusión de Trapito.
Emprenden un viaje, y llegan a una granja donde conocen a Larguirucho, que será el tercer amiguete y juntos pues viven muchas aventuras. Navegan en un barco pirata, conocen a una sirena que llora lágrimas de cristal y luchan contra un pulpo gigante.
Pero después de todo esto Larguirucho debe volver a su granja y Salapín se echa una novia, dejando sólo a Trapito. Así que Trapito vuelve a su campo a clavarse en la tierra… Pero en primavera vuelve Salapín con la novieta y un millón de hijos y todos terminan felices y contentos.

Es una película que si la viera ahora pensaría que es rara de cojones,  los dibujos son un poco feos, pero sin embargo me encanta. Todavía me sé las canciones porque son muy molonas, sobretodo la del pirata Malapata. Pero la canción principal es tan triste que no puedo evitar llorar un poco al escucharla.


Cuando era pequeña yo la cantaba, pero sólo me sabía lo de Trapitooo… Trapitoooo… Y lo repetía eternamente.
Bueno, y así acaba mi momento de morriña.
Fiiiin

sábado, 18 de febrero de 2012

Enamorada de la moda juvenil

Hola, buenas tardes.

Bueno, el titulo de la entrada no tiene nada que ver con el contenido, era sólo que se me ha metido esa cancioncilla en la cabeza. Bueno, la palabra juvenil si tiene algo que ver. Y es que vengo a contaros unas cuantas anécdotas relacionadas con mi aspecto “juvenil”. Y no, no pongo juvenil entre comillas porque en realidad tenga cara de vieja, lo pongo así para que os acordéis del título de la entrada y atéis cabos.

Bueno, basta de preámbulos, al lio.

Pues resulta que de momento tengo 23 años, y digo de momento porque sólo me van a durar un año. Luego vienen los 24 y así hasta 107, que me parece un bonito número para morir. Pues eso, tengo 23 años… muy bien llevados, porque la gente siempre piensa que soy más joven.  Que es algo que siempre será mejor que qué la gente piense que eres más vieja de lo que aparentas. Eso es así.

Por ejemplo, en las discoteques siempre he sido la pringada a la que le pedían el carnet. ¡No me libraba! Y no os creaís que de eso hace mucho… que la ultima vez que me lo pidieron fue el año pasado. Vaya, que tenía yo 22 años… Y me acuerdo que iba con una amiga de 21 años, y me preguntó el portero -¿Vas con ella? Y yo le dije que si, y entonces me dejó pasar sin tenerle que enseñar el DNI.
A mi amiga no le hizo gracia (jojojo)

Tambien, recuerdo que cuando estaba haciendo mis prácticas de enfermería, con mis 21 años, un enfermero se preguntó, refiriéndose a mi, que qué hacia una cría de 15 años de prácticas. Pues verá usted señor, resulta que soy superdotada.
Y bueno, por supuesto, para el resto de enfermeros yo era la cría: "Deja a la cría que pinche ella", "deja a la cría, que se pone nerviosa", "hazle a la cría el biberón de la tarde".
O la típica pregunta de los pacientes: "Tu eres muy jovencica ¿no? (mientras alejan lentamente su brazo de mí).

Otro día, no hace mucho, vino un mensajero a mi casa. Estaba sola, asi que me tocó abrir a mí. El tio me preguntó por mi padres, yo le dije que estaban bien, gracias, y le pregunté si podía firmarle yo. Entonces el tio me dijo: ¿Pero tu ya tienes DNI? Si señor, verá usted, es que resulta que soy superdotada.

Hace unas semanas, una chica de mi academia, al enterarse de que yo era enfermera me dijo:
-    Anda, yo me pensaba que ibas al instituto.
Yo, pensando que se creía que yo era profesora le dije:
-    Ya, es que no se por que os creeis todos que soy profesora…
-    No, no, que me pensabas que aún ibas al instituto.
-    Aam… pues no… Es que resulta que soy superdotada.

Y a este aspecto juvenil, le acompaña una voz de pitufina, por lo que incluso por telefóno la gente también me toma por una niña con frases como: ¿Está tu papá o tu mamá? Que siempre me entrar ganas de responder como una niña pequeña: Hola! No, mi mamá no tá! Tengo caca!
Pero esto me viene muy bien para cuando me llama alguna teleoperadora a darme el follón. Ayer mismo, cojo el teléfono:
-    ¿Si?
-    (Acentillo sudamericano) Hola, buenos días, me llamo Emilia Guachinango (o como fuera) y le llamo de megamillones. ¿Conose usted el juego del Euromillón)
-    No, lo siento, no juego.
-    Oh, ¿es usted menor de edad?
-    Si, lo soy.
-    Oh, y ¿no hay nadie mayor de edad en la casa?
-    No, estoy yo sola (exagerando mi vocecilla).
-    Oh,pues nada cariño, hasta luego.
-    Adiós!

¡La engañé! Qué malvada soy JA JA JA.


Fiiiin.

viernes, 20 de enero de 2012

Pensamiento absurdo nº1

Buenas noches dos puntos:
En ocasiones, (más de las que quiero reconocer), pensamientos absurdos rondan my mind. Y el pensamiento absurdo que ahora me ronda es el siguiente: Echo de menos tener dientes de leche. Si si, así son las cosas y así os las cuento.

Es que molaba un montón, cuando estabas con la mente en blanco, paseando la lengua por los dientes, y de pronto notabas que uno se movía. ¡Bien! Y ya, sólo podías dedicarte a menear el dientecico con la lengua, notando el crujido, mmm. Era tan entretenido.
Y cuando por fin se despegaba del todo por uno de los lados, eso era un vicio. Diente pegado a la encía, diente despegado, diente pegado a la encía, diente despegado... así todo el p*** día.
Y de pronto, se despegaba del todo, y quedaba colgando de la raíz. Que era algo que daba entre gustico y tiricia. Entonces llegaba el momento de darle vueltecicas al diente. Y vueltas y vueltas y vueltas, hasta que ¡crac! Se te llenaba la boca del saborcico metálico de la sangre y el diente aparecía en tu mano. El sentimiento estaba entra la alegría y la nostalgia.
Por no hablar de lo bonica que te quedabas con esa mella.

Pero claro, eso molaba que te pasara antes, cuando tenías dientes de repuesto, porque eso te pasa ahora y estas jodido... Si si, jodido, no encuentro ninguna ventaja... Bueno, si te pones una pajita en la mella, puedes sorber la sopa sin necesidad de abrir la boca pero eso, ventaja ventaja... si eres muy vago y te da pereza masticar... Bueno, estas reflexiones ya para otro día.
Y ya cuando sea vieja, os contaré que echo de menos tener dientes.

Fiiin.

P.D. Quizás esperábais que hablara del ratoncito Peréz pero nunca me cayó bien porque sus regalos siempre fueron una mierda.