Buenas noches, dos puntos:
El miércoles pasado me desperté a las 6 para ir silbando a trabajar, tiroriroriro riiiii, y cuando llegué a la parada del bus había una pareja abrazada. Hasta ahí todo normal.
La chica llevaba uniforme blanco de hospital (podría ser tanto enfermera, como auxiliar, como limpiadora, como lo que ella quisiera), por lo que supuse que iba a coger el bus hacia Murcia para ir a trabajar a la Arrixaca como mi menda lerenda. Es decir, el novio habría ido a despedirla y ya está, muy bien hecho.
Pero el caso es que no se soltaban, parecía cómo si lo peor que pudiera pasarles fuera que llegara el autobus.
Y por desgracia fue lo que ocurrió; el autobús llegó, obligando a la feliz pareja a separarse... Y para mi asombro, cuando se separaron... ¡estaban llorando!
¡Pero por Dios! ¡Qué se va a Murcia copón! ¡Qué volverá por la tarde!
Yo ya estaba preocupada ante semejante drama y me hacía preguntas: ¿Qué le hacen a esa chica en el trabajo? ¿le pegan? Y esta pareja, cuando uno va a comprar el pan, ¿tambien llorarán?
Por fin llegamos al hospital, y, como ya supuse, la chica tambien bajó. No me quedaba tranquila dejandola irse sola, no fuese a darle un bajón, pero yo tenía que ir a mis queridas consultas externas, porque si no voy a trabajar, lo mismo la supervisora se mosqueaba...
Después, vino un Doctor loco a ocuparse de la consulta donde estoy yo. Menos mal que se fue enseguida porque no habría podido aguantarle 5 horas seguidas... sin matarle. Era de estas personas, que te preguntan muchas cosas muy rapido, pero no hacen ni puto caso de lo que dices. Asi que luego tienen que volver a preguntarte lo mismo, o sino ya se inventa él las respuestas. Y encima lo decía todo a gritos, un demente vaya.
Y encima cuando llegó me dice:
- Doctor loco: Y aquí, ¿que tenemos que hacer?
- Yo: (desconcertada) ¿qué?
- Doctor loco: ¿Qué tenemos que preguntarle a la paciente?
- Yo: (si hombre, con lo que me costó aprender a hacer mi trabajo, voy a aprendermer el tuyo) Pues...
- Doctor loco: ¿Hay que rellenar su historia?
- Yo: Si, si, si...(a los locos hay que darles la razón siempre niños y niñas)
Y para acabar la jornada, cuando ya estaba sentadica en el autobús preparada para volver a Cartagena, me dediqué a observar a la gente de la estación. De pronto apareció una señora moviendose muy deprisa hacia la puerta, pensando que se le iba a escapara el bus. Pero lo mejor es que en lugar de correr, lo que hacía era deslizarse muy deprisa. ¡Qué bonica! Parecía patinaje artístico.
Fiiiin.
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