miércoles, 22 de diciembre de 2010

Viaje a la italiana! Segundo día

21 de octubre
Querido diario, dos puntos.
Después de un delicioso desayuno en casa Marconi y de despedirnos de ellos con lágrimas en los ojos partimos hacia Florencia.
Compramos el billete del tren y la señora taquillera nos dijo que no teníamos asientos, pero en cuanto nos subimos al tren nos sentamos en una de las cabinas y, claro, nos han echado. Así que, hemos terminado sentadas en unos asientos secretos en el pasillo (España profunda).
Por cierto, el tren era como el de Harry Potter (Ary Potter en italiano) con carrito de dulces incluidos.
Ju se ha hecho amigas de unos italiano que se han quedado flipando con lo bien que habla italiano.
Cuando hemos llegado a Florencia, hemos decidido bajar del tren en lo que nosotras pensábamos que era la estación de Santa Maria Novella. Se supone que es un estación bonita, pero esta era una pedazo de mierda. Eso nos mosqueó un poco, pero bueno.




Según google maps, teníamos que andar recto hacia el rio, que estaba cerca, cruzar el puente Americo Vespucci y desde ahí en unos 10 minutos llegaríamos al hostal. ¡Ja!
Nada más salir de la estación le preguntamos a un taxista como llegar al puente y nos dice: eso está muy lejos, pero bueno, id hacia la derecha y luego todo recto. Ok.
Empezamos a andar y andar y andar, y le preguntamos a una señora que nos dice que cojamos un autobús y nos vayamos a la estación. “Si hombre, ¿para qué vamos a volver a la estación? Sigamos andando que estará cerquísima ya. Que poco le gusta andar a esta gente”.
A todo el mundo a quienes preguntábamos por el puente Americo Vespucci nos decía que estaba lejísimos, pero nosotras les ignorábamos “qué sabrán estos fiorentinos que llevan viviendo aquí toda su vida”.
Tras millones de kilómetros y de preguntar a varias personas, incluso a unos obreros que estaban en mitad de una especie de autovía, nos encontramos a una bendita señora que insiste en que cojamos un autobús y vayamos a la estación. Por fin decidimos hacerle caso a alguien y… ¡sorpresa! ¡Esa estación era Santa Maria Novella! Gracias señora, si no es por usted aún estaríamos buscando el hotel.
Resumen, nos habíamos bajado en una estación de una especie de polígono en las afueras de Florencia ¿Por qué? Porque me salió de ahí.




Llegamos al Youth Hostel 2000. Es grande, frio, con cuadros horribles por triplicado, miles de normas por cumplir, 6 flexos de los que funcionan 2 luces, sábanas toalleras con olor a vinagre por doquier, un suelo de hielo y por la noche parece Helsinki.


Duomo
Empieza la visita:
Hemos visto el rio Arno, con cascada incorporada. Había gente sentada en mitad del rio, algún día seremos como ellos.
Hemos visto la Basílica de Santa Maria Novella, donde un italiano demente nos ha gritado.
Hemos comido en un sitio maravilloso llamada “La gruta di leo”, tras un buen rato buscando trattorias barateras y huyendo de mujeres. Por cierto, Ju quería pizza y ¡ha comido tortellini! Nat quería kebap, ¡cómo no!
También hemos huido de la chica que preguntaba cosas. Después hemos ido al Duomo contra la voluntad de Julia, porque si yo ya sabía cómo era el Duomo… ¿para qué quiero verlo?




Por la tarde íbamos buscando un helado, felices e inocentes, sin meternos con nadie.
“¿4 euros un helado? ¡¿10euros?!
Oh mondie, que caro,
Jamás osaría gastar
Semejante dineral
En un helado.
De pronto, ante nuestros ojos, un atrayente cartel: Very Good (era una heladería).


Heladeria timadora

Allá vamos. Millones de sabores para escoger, gente saliendo de esa heladería sonriendo. Todo mentira, todo un engaño para atraer a indefensas turistas como nosotras.
- ¿Cuánto es?
- 8 x 3
- 8x3 es 24, 24 euros 3 helados, oh mondie.
Y así fue como nos pegaron un clavazo en Florencia.
Nos hemos ido a sentarnos porque nos hacía falta tras semejante viaje (viaje de ostia) y porque ese helado de 8E con gofre incorporado había que saborearlo.


Los helados mas caros de Florencia
Pero aquí no acaba el drama caro diario. Inocente de mi, le he empezado a tirar trocitos de gofre a las palomas y de pronto… ¡millones de palomas a nuestro alrededor! Por arriba, por abaja escarabajo, bajo mis pies! ¡Incluso una me ha atacado! Julia está de testigo. Natalia Flores las ha intentado echar: ¡acho, irse! Las palomas tenían el frenesí devorador activado y no atendían a razones, pero una vez acabado el gofre volaron.




Después hemos visto la galería de los Uffizzi, donde hemos conocido a Americo Vespucci en persona. En la plaza nos hemos reencontrado con nuestros amigos españoles mongos, Ju les ha hecho una foto y ellos otra a nosotras, todos contentos.
Le hemos tocado el morro al precioso jabalí de bronce. No se para que servía eso, pero si hay que tocarlo se toca.
Hemos entrado al Palacio Strozzi donde hemos visto una exposición con la que Julia se ha descontextualizado por completo, y varias veces además. Después hemos entrado en un cubo gigante de espejos, donde Ju ha vuelto a contextualizarse y nos hemos ido con viento fresco.
En la Plaza de la Republica no había nada, fin.
Hemos cenado hamburguesas de Eduard y hemos vuelto al Hostel para morir de frio.
¡Hasta mañana!

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